Hoy volví a faltar al lugar en donde debía estar. Es despertador sonó, ella se me acercó y yo sólo pude decir "déjame en paz" porque paz era lo único que no tenía. En ese momento no sentí nada, considero que fue un reflejo. Fue después, cuando recordé el porqué de esa sensación, que me quedé con los ojos abiertos por largo rato antes de querer siquiera levantarme. Estar, pero no estar como tantas veces sentada en una silla con los ojos pegoteados y mirando a la nada. Esperando.
Cuando abrí mi correo, ahí estaba: la confirmación de que la plaqueta en donde saldrá otro cuento mío ya está lista. No pude sentir nada, lo cual me preocupó bastante. Y otra vez me quedé con los ojos abiertos pensando en que sigo como si flotara o cayera. Demasiada inmanencia para alguien como yo, pensé sin poder hacer nada al respecto. Quizá la indiferencia con la que me revestí hace años vuelve a pasarme factura.
No lo creo. Si fuese así, nada me afectaría, pero no eso está muy lejos de la verdad. 1 pm. Abrí otro correo, alguien me gritaba que le comunique las a fechas en que cumpliré con metas que ya no son mías. Lo cerré preguntándome si hay algo realmente mío en este momento. Indiferencia. Indiferencia que termina cuando miro el reloj. 1:05 pm. 1:35 pm. 1:55 pm. Vale, ya entendí que mi teléfono es incapaz de sonar como hace unos días.
Disculpa, será la última vez, susurré mientras escribía estás líneas. Ahora estoy pensando en las historias que quedan suspendidas en el aire. He tenido varias. Historias que no implican sentimientos mayores a la rabia o la curiosidad. Historias por las que no sientes nada, pero que en algún momento reaparecen y te hacen levantar una ceja y pensar en lo mal que se portaron contigo, pero nada más. Te lo había explicado así y no te sonó verdadero. No importa si dices la verdad, lo que importa es que te crean. Y fue en ese momento en que todas las palabras dichas me acorralaron contra la pared y me dejaron completamente desnuda. Siempre pensé que mi indiferencia no podía funcionar en todos los casos, sobre toco cuando retumba mil veces ese verso de una canción que está en un idioma que no conozco.
5:35 pm. Esperar. Tomar una decisión. Tomar varias decisiones. Cerrar los ojos. Huir... En el borde del camino hay una silla, la rapiña merodea aquel lugar... Pensar, sentir sin poder escapar de lo que se siente. No saber qué hacer. Esperar sentada en esta silla apolillada (la mía) sin saber qué esperar.
Hello, Goodbye
PD: Tengo nuevo header :)
PD2: El verso en cursiva y naranja es de la canción "Historia de las sillas" de Silvio Rodriguez.
Los invito a ver mi entrevista en PORTA9 (click en el enlace). Espero la disfruten y dejen un comment en la página.