Nunca había pisado San Marcos, había escuchado muchos comentarios buenos - y malos - acerca de la universidad. San Marcos me recibió con un cartel que casi me cae encima, una protesta en la facultad de letras y un ambiente que yo jamás había vivido. Yo estuve en instituto, yo no he tenido una vida universitaria- muy a mi pesar - y en realidad, cuando llegué al monstruo san marquino, sentí que me había perdido de mucho y que entre carteles del Che, facultades atestadas de gente y con rejas y la búsqueda de una corriente de pensamiento quizá hubiera sido más feliz que estudiando algo que no quería en un lugar que no me llenaba ninguno de mis vacíos. No lo sé, lanzo esto como una teoría al aire.
Hoy recibí un correo de Rocío Silva Santisteban. Era un forward de Doris Moromisato (para más info sobre ellas, google) en el cual se critica el evento de "Narradores en San Marcos" , pues en la programación no se incluye a ninguna narradora. Menuda decepción la que me llevé. ¿En verdad? ¿Ninguna narradora? ¿En San Marcos? En verdad. ¿Cómo es que no se incluyó a ninguna narradora en dicho evento? ¿Se les pasó? ¿Fue un despiste? ¿Creen acaso que a nadie le interesa escuchar a narradoras igual de talentosas que los invitados? No lo entiendo... Como dice Doris en el correo: "Total, el público se perderá de escuchar a las narradoras peruanas, que hay muchas y hartamente buenas". Con esto no se trata de desmerecer a los ponentes, simplemente alzar la voz - como narradora que intento ser - para reclamar que para la próxima, no se les olvide que las mujeres también escriben.
Es una lástima, señores de San Marcos, con M de misoginia, con M de machismo...
Hello, Goodbye