que cumplimos más años que promesas (...)
Ahora es el momento de volver a empezar,
5, 4, 3... 0. Me confundes. Estar confundida ha de ser el estado emocional que indica que has puesto el contador en 0, pero que no sabes que mierda hacer. Me confundes. Me confundes porque irrumpes en mi vida en un momento en el cual más confundida no puedo estar. Me confundes porque comienzo a sentir y no quiero. Estaba tranquila. No quiero sentir, no ahora. Eres tan diferente, ni siquiera eres lo que he querido en los últimos meses. Pero así es ¿no? Cuando se siente, se siente, cuando no, no. No tienes sus ojos, ni su forma, ni su voz. Y yo confundida, me oculto detrás, detrás y detrás porque no sé si esté bien, porque tengo miedo. Miedo de este otro yo.
Me confunde todo esto. Dejé el trabajo esperando encontrar lo que buscaba, pero no lo hallo. No puedo escribir, no sé si podré seguir con algún proyecto, no sé qué hacer. Y la plata se acaba, y la voz de ella resonando mil veces en cabeza mientras me oculto debajo de la sábana para no escuchar más, para dejar de echarle la culpa de todo, para sentir por una vez que le he perdonado esta confusión. Sin poder escribir ni una letra, sin poder avanzar, sin querer nada. Y acá todo es tan diferente, todo me mueve el piso.
Entonces, haber puesto el contador en 0 no me sirvió de nada porque estoy igual o peor. Porque pronto se va a cumplir un mes de la operación y se me va a acabar el periodo de gracia, el paréntesis, el tiempo de pensar para saber cuál va a ser mi siguiente paso. No quiero regresar atrás ni para tomar impulso, carajo, pero adelante, ¿adelante para caer al abismo? Yo qué sé. Cómo se pone el contador en 0, ¿cómo se empieza de nuevo sin saber cómo empezar?
Hello, Goodbye