Normalita, mis cojones

"Y esta soy yo

Asustada y decidida

No pienso renunciar

No quiero perder el tiempo"

Ésta soy yo - El Sueño de Morfeo

***

Yo me di cuenta que no era una chica típica cuando empecé a escribir, pues mientras las chicas del colegio se la pasaban cojudeando, yo me la pasaba escribiendo con un "lapiz mágico" sobre cualquier superficie que se pudiera escribir. Entonces, también andaba perdida en una oscuridad extraña que me dolía como suelen doler las oscuridades a los 16 años.

Me di cuenta que no era muy normalita (entiéndase la concepción limeña-peruana de lo que es normal, porque para mí, lo que hago es normal) cuando un día me enamoré de una chica del colegio y me cagué de la risa porque era una raya más al tigre de mi locura de esa época. Tenía 15 años y estuve con ella solamente para que me hiciera escribirle un montononón de poemas tristes todititos porque la señorita tampoco era muy normalita que digamos, o quizás era demasiado normal para mí.

Yo me di cuenta que no quería estudiar publicidad cuando terminé mi tesis porque eso de la vida de agencia no era para mí, pero ya estaba ahí porque a la decisión valiente de dejar Psicología por aquella Literatura que ya cuando no era una chica típica me había conquistado, le siguió el dolor tener que seguir Diseño porque me dijeron que no podía seguir eso que siempre había querido.

Yo entendí con más claridad que estar sentada frente a una computadora más de 8 hora diarias no era lo que yo quería cuando empecé a trabajar porque estar ahí me hacía completemente infeliz, porque yo quería irme por ahí con mi laptop (que no tengo) a crear y crear y crear y publicar, no diseñar. Porque no soy típica, porque muchos si se conforman con ello, pero... a mí me daba miedo verme a los 40 sentada en el mismo lugar perdiendo tiempo.

Yo entendí también que casarme y tener hijos como toda mujer aspira (así dicen, yo no lo creo) era algo que no estaba dentro de mis prioridades, menos encontrar a mi príncipe azul porque últimamente se me antonjan mucho más las princesas. Aunque la soledad me duela.

Y un día me quejé con Maje-Mara porque no entendía por qué no podía ser como los demás, la chica típica, como si en verdad quisiera serlo. Es que no quiero, pero las cosas así serían más fáciles.

Todo esto viene porque ayer hice una de las pocas cosas valientes que he hecho en mi vida: Dejé mi trabajo. Muchos dirán que he sido una idiota, que en Perú uno no se puede dar el lujo de hacer esas cosas si no se va a otro lado seguro seguro. Creánme, le pensé demasido, lo sigo pensando. Ayer lloré a mares todo el día, carajo , mis ojos parecían mangueras. Hoy sólo tengo dolor de cabeza y sigo con la incertidumbre de no saber qué hacer. Ya, mi sueño, no lo dejaré de lado. Pero no necesito que me pregunten qué pienso hacer porque no sé, menos que me digan que debí pisar tierra porque los pies en la tierra los tengo bien puestos. Pero, simplemente, no podía seguir ahí y no por el lugar ni por la gente, si no por mí, yo soy el problema. Nunca he sido esa chica típica.

Hello, Goodbye