Complicada, con rizos dorados

Antes que nada quería comunicarles a mi selecto grupo de lectores que el formato de escritura de este blog va a cambiar un poco.Trataré que cada entry se lea como una especie de cuento, así no se me aburren. Espero que les guste y que resulte satisfactorio este nuevo experimento. Thank you very much, love you all...

Jen Frulita

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Escuchando a Betty, viendo Rozen Maiden que cree que está buenísmo y pensando en los demonios esos que se visten de mujer o de contratos de trabajo por 1 mes. Complicada, con rizos dorados y muchas ganas de llorar porque es una de esas noches en que todo parece infinitamente vacío y aunque ayer anduvo haciendo mil planes con su mejor amiga, la lacia altota de Maje, hoy todo eso parece no ser nada. Se pone a jugar un poco con los rizos y piensa que hace unas horas, en la mañana del 4 de septiembre le hicieron firmar contrato sólo por un mes cuando en realidad siempre firmaba por tres meses y se preocupa, la señorita complicada se preocupa porque ha buscado otra chamba mil veces y mil veces se ha dado con las mismas sorpresas que ya no son sorpresas, total el Perú es así de abusivo, de extraño, de lindo. Ha tenido que quedarse en esa chamba que ahora amenaza con terminar en un mes, total detrás de ti hay una cola de 50 que harían lo mismo por la mitad.

Recuerda de nuevo que hace unos días salió con alguien por sólo dos días... y ella misma, complicadísima, la dejó de ver porque era demasiado melosa, porque la llamó como seis veces, porque no la aguantó "yo no estoy acostumbrada a darle cuentas a nadie, sólo a mí mamá porque tengo que hacerlo" y... no puedo más, quizás estamos buscando cosas diferentes... Se quita los rizos dorados de la cara para darse cuenta que probablemente se va a quedar sola como un hongo, fungi, seta o lo que sea porque reclama hecha una babosa que se siente sola pero cuando llega alguien y ella "mrs complicated" la manda al desvío porque casi se ahoga en el bolsón de miel y... mi sacrosanta independencia. Nada, acaba escribir la historia de su relación más corta, pero ha dejado convenientemente la puerta abiertísima a que tal vez pueda pasar algo en el futuro, aunque lo duda.

Mecano, la nena de los rizos rubios escucha "el uno el dos y el tres" sintiéndose una polilla que de tanto dar con el cristal, se han colado en la bombilla, sola, tranquila, independiente, sensible y triste como siempre, feliz como nunca, complicada como nunca dejará de serlo.

Enreda un rizo dorado en su dedo. Ya es tarde, debería llamar por teléfono como ha prometido a un amigo de mil años que hace mil años no ve, pero Mecano sigue cantando y a ella le empiezan a arder los ojos.

Hello, Goodbye