El mismo día

"Descubrieron que los besos no sabían a nada,
hubo una epidemia de tristeza en la ciudad..."
"Ruido" de Sabina

***

*Microcuento de año nuevo*

- El año nuevo es siempre el día en que la gente piensa que todo se arregla, que se puede volver a comenzar - Le dijo mientras ataba sus manos con una cuerda - pero para mí siempre ha sido y será un día más, un día más para envidiar cada parte de tu cuerpo que ha rozado su cuerpo - Apretó el nudo con tanta fuerza que sus muñecas comenzaron a latir. Tomó un sorbo de vino y le bajo la bragueta del pantalón. No era gran cosa. Ella siempre había imaginado que él era - lo que llaman - un hombre privilegiado, pero ahí estaba: flácido, negruzco, sin vida. Sintió asco, pero lo acarició hasta sentir que endurecía, se sacó la ropa interior y se sentó encima. - Envidia a esos ojos que la miran, envidia a esas manos que la tocan, envidia a estos labios que la besan, envidia a que leas sus libros, envidia a su cama compartida, envidia a su amor que es real, envidia a los fines de semana en que ella te escribe poesía mientras se acuestan, envidia a que seas tú quien escuche sus gemidos, envidia a todos los orgasmos que te regala, envidia... - Un sonido gutural le indicó que él había terminado manchando su orgullo, su estupidez, su degradación. Se levantó... Estoy muy confundida, para mi este comienzo de año no es comenzar, es caer en lo mismo de siempre. Enajenación, soledad, mi incapacidad para amar a quien me ama, mi estupidez de querer a quien no debo... - Sacó algo del cajón de un mueble y comenzó a juguetear con el objeto entre sus manos. Él no podía ver de qué se trataba, pues solo los iluminaba una luz de un poste de la calle... Mis alejamientos, mi falta de interés, mi egoísmo, mis letras inconclusas, mi envidia...

Él no tuvo tiempo de pensar en la mujer a la que ella se había referido cuando sintió el metal atravesando su pecho. Ella volvió a sentarse encima de él, lamió su sangre y lo besó en los labios - Envidia, sobre todo, a que tus besos sepan a algo mientras que los míos siempre saben a nada. - Soltó una carcajada. - Ni siquiera ahora, ni siquiera cubiertos con tu sangre, con el placer de verte luchar por el aire, con la locura de ser yo quien te regale tu nuevo comienzo. Feliz año nuevo. - Sonrío y le cerró los ojos con la mano mientras pensaba en que ella lo estaría esperando con las piernas abiertas y la misma sonrisa de cuando se enamoró de él... Envidia hasta de su sonrisa - y de sus lágrimas cuando sepa que no llegarás nunca - porque siempre serán tuyas... Cerró la puerta sabiendo que ese día que comenzaba sería igual al anterior aunque el año no fuera el mismo.

Hello, Goodbye.

PD: Feliz año para todos/as los/as que pasen por aquí.