jueves, enero 22, 2009

Líneas --- --- ---


La 1 --- --- ---
La primera línea podría comenzar conmigo sentada frente a la PC. Veo el botón de borrar blog en la pantalla. El cursor pasa encima, luego se mueve para cambiar de ventana. Y regresa. Borrar blog (dejar de escribir o dejar de postear es lo mismo, pero peor: una muerte lenta, dolorosa ). Mejor borrar blog, borrar con la mano lo que uno ayer escribió con el codo. Pero no. Cerrar la ventana, apagar la PC. Dejar de escribir.

La 2 --- --- ---
La segunda línea del segundo párrafo de esta historia no se escribe. O se escribe en otros lugares. Le doy vuelta al título de una novela que no he comenzado. Abro el word (chamba es chamba, me digo) y veo el titular cambiado en una nota que he escrito para una revista. Me da asco. Me produce arcadas firmar eso con mi nombre. No he escrito ni una línea de mi novela. No escribo. Escribo y soy corregida por una incapaz que deposita su soberbia en la punta del lapicero.

La 3 --- --- ---
Así es la plata, la que nunca es suficiente. Leo un libro de Auster en donde el protagonista recibe una herencia y de pronto se da cuenta de que lo mejor de haberla recibido es que no tiene que preocuparse más por llegar a fin de mes. Entonces, la tercera la línea se escribe mientras yo diseño el titular de mi nota, diagramo su contenido y volteo la hoja para continuar sin leer (porque soy ciega, lisiada o tarada para no ver, no entender, no sentir arcadas y no enojarme por el asco).

La 4 --- --- ---
La cuarta línea se toma todas las mañanas en la esquina de mi casa. Subir, sentarse atrás, abrir un libro, leer hasta que los ojos se cierran. Es temprano (hay que llegar temprano para salir temprano). La línea cruza Aviación, Angamos, Petit Thouarse y yo creo que tengo que leer más, más, más. Y cuando llego me enfrento al titular que me da asco y a las correcciones, a los textos en donde se “otean horizontes”, en donde las analogías que se hacen entre “seres celestiales” y personas que trabajan en cierta área son tan excesivas e incorrectas que producen un vahído. Y esos están escritos con ese lapicero que corrige sin pensar en los años de lecturas, de búsqueda, de vocación. Y da lo mismo, de afuera, la gente de la cuarta línea (y la mayoría) no notan el cambio entre lo que es mediocre y lo que no.

La 5 --- --- ---
La mediocridad es tu quinta línea. O quizá tu primera. Leer premios Planeta y Alfaguara nunca será suficiente.

La 6 --- --- ---
La sexta línea es la resignación amargada. Y un punto que no se puede dibujar todavía. Y yo cerrando esta pantalla para continuar en esta línea.

Hello, Goodbye